A VUELTAS CON LA INDUSTRIA CULTURAL A LA DERIVA

A VUELTAS CON LA INDUSTRIA CULTURAL A LA DERIVA

viejo versus nuevo.
Serie Huertos 09. Valencia.
Fotografía digital. 2009

No sé si vendrá a cuento todo lo que me sale comentar pero por si acaso allá va.

Hace unos 10 años que los museos en España florecieron como setas. Se vio en aquel momento que la industria cultural podía ser algo tremendamente rentable... y así fue.

La democratización del arte se planteó bajo la premisa "la cultura es de todos"... sin embargo fue a partir de ese momento que se empezó a cobrar la entrada en el museo.

Esos museos, en origen eran contenedores para preservar el arte, esa cosa que tenían los monarcas en sus palacios hace 150 años, pues si, de pronto era un bien público y por tanto debía ser gratuito.

Pero con los nuevos cambios en los museos la gente no sólo no dejó de ir, sino que empezó a ir en masa. Natural, pasaron de ser los grandes olvidados a ser los grandes promocionados. Descubrieron que el arte les elevaba de sus vidas comunes, les inspiraba. Yo les llevaba por el museo y la gente de veras que lo agradecía.

Pero siempre he tenido la impresión de que en España la gente común no está dispuesta a pagar un duro por esos objetos, la gente se compra casas carísimas y muebles aún más caros pero jamás pagaría un duro por una pintura, una foto o un grabado. Quedarían mal delante de sus amigos? Y ahora que vas, de esnob? No.

Simple: la casa es un espacio físico, así como los muebles. El arte es inmaterial y si los precios de lo físico se disparan, tendremos que prescindir de lo virtual o mejor, obtenerlo gratis.

Lo físico es imprescindible para el día a día. Si no tienes silla a ver cómo te sientas, si no tienes arte a ver cómo te evades... bueno, pues echando mano de sustancias químicas o pagando el precio de lo inmaterial.

Se considera que todo aquello que puede reproducirse pierde su valor de cambio pero no se olvida la importancia de su valor de uso.

Para mí es monumental la necesidad que tiene la gente de experimentarlo con sus sentidos, que no importa tanto su cualidad como objeto único y en consecuencia su aura, sino la experiencia que les aporta... Si además es único... buf! eso les pone aún más, claro... y encima no ha sido visto en España en 150 años, guau qué experiencia ver esto! Somos historia, tenemos más derechos que nuestros antepasados!!

He regalado pintura en mis años de estudiante... y de no estudiante, y la verdad que es algo muy satisfactorio aunque ahora tenga que dedicarme a otra cosa. Con los precios que había en el mercado prefería que Fulanito de Tal tuviese en su casa una pieza que adora antes que tenerla en los pasillos de no sé qué fundación, ser analizada por 3 historiadores y 4 psicoanalistas y aguantar las miradas inquisidoras de críticos y compañeros varios.

No soporto las estructuras que imperan en el arte. Es una casa de putas y no hay más que ostias por doquier. Los políticos tienen un conocimiento del ámbito artístico que no llega a ser ni de bachiller y cuando rayan el ridículo espantoso en sus intervenciones públicas terminan por dejarse aconsejar por cualquiera de confianza, oseasé, de la familia.

Y los jueces? Tienen los jueces sentido estético, así, por defecto? Tienen idea de lo que es el arte para los mortales o son parte de aquellos que venían como borreguitos al museo. Los creéis capaces de legislar en este territorio?

Un homónimo:

Hace años un cd de música nos costaba veintipico euros... nos quedábamos con cara de lelos delante de los expositores sin poder acceder al último disco de X. Y cuando aparecieron las redes p2p se nos abrió el mundo y seguimos desde entonces chupando de la goma, empachados de material que no podemos digerir para originar postproducciones cada vez más enfermas, algunas maravillosas. Estamos enganchados al péndulo que se precipita a gran velocidad de un lado a otro. Menuda década!

Cataclismo espiritual este, nos hemos enterado de tantas cosas... se nos murió dios, se democratizó el arte, que luego se murió también! luego llegó la SGAE... y al final tuvimos que dedicarnos a otra cosa.

Es momento de sacar la espada y volver a guerrear.